jueves, 29 de enero de 2015

3 MODELOS EXM

 TRES MODELOS de EXAMEN

La casta "alternativa" editorial de El País, llevaba como entradilla:

La doble moral de la dirección de Podemos queda en evidencia con el ‘caso Monedero’


Los de Millás y Montero son para entrenar


Textos descartados- por su extensión nada más-


HUMILLANDO AL GITANO
A distancia, sigo el affaire Chunguitos, con creciente desolación. Por lo que imagino de la trastienda de los reality shows, supongo que Juan y José Salazar fueron contratados por Mediaset precisamente para que soltaran barbaridades, de esas que chocan a los televidentes y alborotan las redes sociales. Y cumplieron con creces.
En una concesión a lo políticamente correcto, fueron expulsados de Gran Hermano VIP pero se les obliga a acudir a las galas semanales, donde son ninguneados. Urge que sientan el oprobio de su homofobia, su racismo y, posiblemente, su ingenuidad al obedecer las consignas de Telecinco.
Resulta enervante tanta hipocresía, que apesta a encerrona, a jugada maquiavélica por parte de Mediaset. Cuando has tratado a artistas gitanos de cierta edad, aunque sea durante el ritual de la entrevista, compruebas la flexibilidad de sus creencias: pueden soltarte justo lo contrario de lo que te dijeron media hora antes… y en ambos casos se expresan con fervor, rotundamente. Y lo comprendo: en el sufrido pueblo gitano, se mantiene una tradición secular de engatusar al payo, diciéndole lo que espera oír (pero ya saben lo difícil de mantener la coherencia de una mentira).
Los Chunguitos, al igual que otros artistas raciales, adquirieron visibilidad gracias al empeño del poeta José Miguel Ullán, que en estas páginas realizó una impagable labor de apertura de mentes. Al poco, Carlos Saura, con su mágico feeling para la música popular, utilizó sus canciones para dar densidad emocional a los delincuentes imberbes que pululaban por Deprisa, deprisa (1981).
Hasta entonces, Los Chunguitos habitaban en el limbo de las casetes de carretera, con grandes ventas pero fuera del radar de los medios. En EMI, dónde habían sido fichados por Ramón Arcusa, no pensaban que podían acceder a un público capaz de pagar soportes más caros, como el LP. En la discográfica sí apostaron por individualizar su perfil sonoro: en general, cambiaron la trompetería de Los Chichos por la contundencia del grupo de rock, seguramente tras la pista del llamado Sonido Caño Roto.
El secreto era un repertorio construido por acumulación de tragedias y desamores, cárceles y traiciones, puñaladas y putas. Todo, atención, cantado con voces ásperas y ritmos festivos. Lucían modernos: mientras Los Chichos lamentaban la perdida de virginidad de “una mocita”, Los Chunguitos se planteaban conflictos entre ideología y sentimientos (“Me quedo contigo”). Y fascinaron a la movida madrileña.
Durante unos años, Los Chunguitos hasta fueron aceptados en los ambientes modernos
Los Chunguitos actuaron dos días en Rock-Ola, en 1982. Fueron parte del cartel de una fiesta organizada por la revista La Luna en el Hotel Palace, a finales de 1984. Al año siguiente, aparecieron en La edad de oro. Más adelante, hubo maxis pensados para las discotecas, incluyendo uno con participación del rapero neoyorquino Afrika Bambaataa. Y el entonces obligado directo en el Teatro Alcalá, con Alaska entre los invitados.
El flechazo con la modernidad fue fugaz. Algo no cuajaba: fuera de sus conciertos de relumbrón, sus actuaciones tendían a sonar cutres. Era el problema de los artistas gitanos, incluyendo a muchos flamencos: no concebían la totalidad del sonido, el concepto de disco. Dependían de arregladores y productores; cuando había colaboradores en la onda, tipo Eddy Guerín o Julio Palacios, sí funcionaba pero aquello no tenía el pálpito de lo orgánico.
Luego, en los escenarios, solía fallar la amplificación y el soporte instrumental, incapaz de acercarse a sus producciones. En distancias cortas, resultaban más convincentes con las palmas y la guitarra de Juan. Pero no hablemos de música: Gran Hermano VIP es una picadora de carne, especializada en carne barata o pasada de fecha.
Simultáneamente, llegaba la noticia de que sus eternos competidores, Los Chichos, ya en gira de despedida, animarán la próxima edición de Viña Rock, uno de los festivales más multitudinarios de España, a celebrar en Villarrobledo. Buena idea: hay casi doscientos kilómetros entre esa localidad de Albacete y la casa de los horrores de Telecinco.


No soy de izquierdas ni de derechas’

Así razonaba la –para algunos– genial artista española Lola Flores su posición política en los albores de la transición. Cuando algún osado reportero insistía hurgando en sus “complacencias” con la dictadura, ella –“más lista que el hambre”—respondía: “No entiendo de política; yo soy apolítica”. ¡¡Toma ya!!
Algunos jóvenes asamblearios lanzan en las redes sociales tales afirmaciones, e incluso pretenden darle carácter programático en una alternativa de gobierno. Hacen bien. Son libres. Igual que Lola Flores, sin saberlo, desde 1.978.
Más dramático para la izquierda española fue el aserto de “socialista a fuer de liberal” que algunos acuñaron en nuestra socialdemocracia. Hacían bien. Eran libres. Igual que Lola Flores.
Otros, también libres, pensamos que las tres tomas de posición son de un oportunismo que insulta la inteligencia. Y lo son porque desde el “tiempo” de Lola hasta Podemos, las variables objetivas, subjetivas y mixtas que en el capitalismo conforman las relaciones sociales de producción se sustentan en un desarrollo de las fuerzas productivas que, pasando por encima de los apuntes de filosofía moral de Adam Smith, se han burlado de toda la ética judeo-cristiana que impera en la cultura occidental y han conformado sutilmente el sistema más salvaje de explotación del hombre por el hombre que la humanidad haya conocido.
En este ombligo del mundo que conforman, en más de doscientos años de existencia del sistema, apenas una veintena de países de los cerca de doscientos registrados en la ONU pretender dar por terminado el conflicto entre capital y el trabajo es como tapar la luna con nuestro dedo índice en una noche de verano. Una falaz impostura.
Hacerlo cubriendo su ignorancia para escaparse de la verdad, resultaba entrañablemente simpático en la cantante. Hacerlo para ganar el 34º Congreso del PSOE y acabar adorando el becerro de oro al grito de “menos gobierno es más bonito”, resultó un fracaso que se manifiesta aún hoy en la ausencia de debate en las ‘casas del pueblo'; por cierto, ¡ese nombre, sí que es bonito! Pero, hacerlo para ganar un espacio electoral con la promesa de que si ganamos, podemos; es, en el mejor de los casos, una ocultación de la estrategia por deriva tacticista que espanta, que da miedo…..
Con todo, no voy a ser yo quien les quite el mérito que sin duda les van a reconocer los empresarios más inteligentes del “establisment” con los que se van a sentar, si ganan. En efecto, a diferencia de los agoreros catastrofistas – que, por cierto, no hacen más que arrimarles votos— este país les debe reconocer la reconducción de la frustración hacia las urnas: un gran servicio a la estabilidad del sistema.
Yo soy de izquierdas; así que no cuenten conmigo hasta que no se definan de manera clara y rotunda, sin malabarismos discursivo-mediáticos: con el capital o con el trabajo. Entre tanto, me sentaré a esperar para ver a quién le darán la gobernabilidad en ausencia de mayoría absoluta; y espero que, en ese momento, no tenga que rememorar otra frase de la tonadillera: “Si me queréis, irse”.

                                                                            José Luis Osuna http://www.andalucesdiario.es 3 dic 2014

 

POR LAS PINTAS 

La noche del sábado 17 una historia de terror real, de las que quitan el sueño, se clavó en el corazón de muchos catalanes, tantos como para hacer que un documental se convirtiera en uno de los programas más vistos de la televisión catalana. Me refiero, imaginarán, a Ciutat Morta, la película que narra la pesadilla de cinco jóvenes que el 4 de febrero de 2006 fueron detenidos, torturados y finalmente condenados sin pruebas concluyentes de haber participado en la agresión a un guardia urbano que quedó tetrapléjico a consecuencia de un objeto contundente que alguien arrojó desde un balcón. Son dos horas de prolijo documental narrado de manera escrupulosa que nos conduce a través de una noche de pesadilla en la que la guardia urbana acude a disolver una fiesta okupa, pero al encontrarse con una baja en sus filas, acaba deteniendo arbitrariamente a unos chicos que pasaban por allí, les da de hostias y los lleva a un hospital donde, puestos a sumar despropósitos, añade a la lista de los cuatro detenidos a una joven, Patricia Heras, que había acudido a urgencias para curarse una brecha en la cabeza provocada por una caída de la bici.
Heras fue detenida “por los pelos”, como ella misma escribió en Poeta Muerta, el blog que de alguna manera articula el filme, por una apariencia poco convencional, por su estilo a lo Cindy Lauper. No hubo más razones de peso para arrojarla a la cárcel, igual que no hubo más pruebas contra Alfredo, Juan, Álex y Rodrigo, que el hecho de que fueran sudamericanos, o sudacas, como dicen haber sido llamados todo el tiempo que duró un interrogatorio descrito mil veces por los detenidos, un interrogatorio chapado a la antigua, con su poco de xenofobia, de homofobia y de prejuicios. Las pintas. Sobre todo contaron las pintas.
El documental, firmado por Xavier Artigas y Xapo Ortega, fue aplaudido y premiado en el Festival de Málaga, y algunos supimos de esta historia fatal que nos sonaba ligeramente del periódico por el estreno malagueño y porque Diego Galán dio cuenta de ella en las páginas de Cultura; pero tras ese primer paso, a las dificultades que este tipo de películas encuentran en España para su distribución, se añadió el hecho no menor de que el asunto ponía a las autoridades catalanas frente a un caso mal resuelto judicialmente, envuelto en mentiras y ocultaciones y con un final trágico, el suicidio de Patricia Heras, que se arrojó por una ventana en los tiempos en que estaba cumpliendo un régimen de tercer grado tras seis meses de haber ingresado en prisión. Resulta penoso tener que admitir que el suicidio de Patricia, al que todas sus amigas llaman Patri, atrajo de nuevo la atención sobre este caso, pero así es. El suicidio inducido por la desgracia que padeció esta joven sensible, poeta de poderosas imágenes, elegante en su particular manera de vestir, distinta, sobrecogió a los que habían olvidado que ella y los otros cuatro seguían luchando por demostrar su inocencia. Ahora parece que cualquiera debería haberse dado cuenta de un error que saltaba a la vista, tan a la vista como ese corte de pelo que le dibujaba cuadraditos en el cuero cabelludo. Entre todos aquellos que debieron afirmar que estaban tratando con una inocente estaban: el médico que la atendió, los policías que se la llevaron a comisaría, la jueza que dictó sentencia, los políticos que echaron tierra sobre el asunto actuando como cómplices de una burda acción policial y la psicóloga que imagino la trató en prisión. Nadie tuvo la voluntad de desmontar la primera mentira.
Ciutat Morta narra la pesadilla de cinco jóvenes que en 2006 fueron torturados y condenados sin pruebas
Los versos por Patricia suenan a lo largo del documental en la voz de su amiga Silvia como si vinieran del más allá, con la misma contundencia con la que hablan desde sus tumbas algunas mujeres de la antología poética Spoon River que leo ahora: "Y yo me hundí en la muerte, creciendo entumecida desde los pies, / como uno que caminara profundo y más profundo dentro de un torrente de hielo. /¿Alguno irá al periódico del pueblo, / y reunirá en un libro los versos que yo escribí? / ¡Yo anhelé tanto el amor / yo ansié tanto la vida!".
Aquello que tapa una tele sometida a la voluntad política acaba encontrando otros cauces de exhibición
La distribución virtual de Ciutat Morta ha sido imparable desde que se emitiera en Cataluña. Lo que tan mezquinamente tardó en emitir un medio público fue aireado por las redes sociales hasta que se coló en ordenadores de gente inquieta que accedió a la versión íntegra, incluidos esos minutos que se le privaron al público televisivo. Unas horas después de haberlo visto, con el corazón todavía encogido, conecté la tele pública americana para ver un documental sobre atrocidades perpetradas por soldados americanos en Afganistán. ¿Nos enteraremos algún día de cuál es la función esencial de los medios públicos? Aquello que se quiere tapar en una tele sometida a la voluntad política acaba más tarde o más temprano encontrando otros cauces de exhibición, con lo cual, en esta época que vivimos resulta aún más ridículo de lo que antes fuera guardarse informaciones en el cajón. Este es el desgraciado y no resuelto caso de Alejandro, Juan, Alex y Patricia, su vigencia debe alertarnos de que estas cosas suceden. En Cataluña. Y fuera. Porque el abuso de poder no tiene fronteras; pero nuestra necesidad de saber la verdad tampoco.
                                                                                      Elvira Lindo elpais 24/1/15

ENTRENA-MIENTO
  • VÍNCULOS-DIVERGENCIAS ENTRE LOS ARTÍCULOS DESCARTADOS.
  • ENSAYA FALACIAS Y CONTR ARGUMENTOS

miércoles, 14 de enero de 2015

Modelo C.Txt. Poético:G`27- Organización ideas-


VII
Adolescente fui en días idénticos a nubes,
cosa grácil, visible por penumbra y reflejo,
y extraño es, si ese recuerdo busco,
que tanto, tanto duela sobre el cuerpo de hoy.

Perder placer es triste
como la dulce lámpara sobre el lento nocturno;
aquel fui, aquel fui, aquel he sido...
era la ignorancia mi sombra.

Ni gozo ni pena; fui niño
prisionero entre muros cambiantes;
historias como cuerpos, cristales como cielos,
sueño luego, un sueño más alto que la vida.

Cuando la muerte quiera
una verdad quitar de entre mis manos,
las hallará vacías, como en la adolescencia,
ardientes de deseo, tendidas hacia el aire.

              1. Cernuda: Donde habite el olvido

-Organización de las ideas (en poesía también sentimientos)

El sentimiento  reside en el verso era la ignorancia mi sombra; la superposición temporal ofrece una distancia entre la madurez y la adolescencia. Parece emanar un aroma piterpanista, fragor de que perder placer es triste. Nostalgia de una inocencia perdida.
El resto de estrofas mantienen esa determinación de una arcadia ingenua que se disfrutó y en la madurez se atempera en su efusividad. Tópico de la realidad y el deseo, la carnalidad y espiritualidad diferente a otros.
Composición envolvente, la 2º estrofa mantiene el candor, la 1º y 3º protegen su memoria (sus versos 4º y 12º en tiempo verbal presente se disparan con ímpetu); y la última estrofa cierra una determinación nihilista, que habita en el vacío, de las incertidumbres, procurando no instalarse en esa comodidad del arrepentimiento.
El poema parece expiar  un sentimiento que será recurrente y permeable a su estilo.

David Delgado Sola