martes, 18 de noviembre de 2014

Alejandro Sawa: anarco literato; de Cansinos a Valle-inclán

LA VERDAD ESTÁ EN MARCHA Y NADIE LA DETENDRÁ
- dedicatoria de Zola a Sawa en París 1891, Verlaine también le dedicó una foto-



 un Byron del proletariado, el beau ténébreux del romanticismo hecho mendigo
- Hermann Bahr artículo del Mercure de France (XI, octubre de 1893)-

ser bueno, ser inteligente y ser fuerte
- Alejandro Sawa, Iluminaciones en la sombra-

Una línea de investigación (con Iris Zavala entre las referencias sobre el lumpen intelectual proletaric y los simbolistas en lengua española)

Escritores pobres que hacían malabares para comer con lo que traen
con lo que llevan con si, buscando entre cartones editores y colegas
de ambiente un ingreso a sustentar a seguir el combate. Germen picaresco pero también honestidad en la entrega. Un tormento sin amparo. Peña consciente que intuye que no le pueden engañar, que ha puesto su talento al servicio de la revolución, sin prejuicios sociales se sienten desclasados, ciegos en una aurora roja, propagan su desplandor sin deleite alguno, como los perfumes esencias.

Vidas literatura acción compromiso ideales cosmopolitas hechos contra el decoro refractarios insolventes evitan el sablazo impremeditado la soga deslizante del fracaso el triunfo niebla vacio al intelectual crítico rumores envidias falta referencias fiables recomendaciones vampíricas estilos de vida acorde a cada perdición.

la perdisión de las sombras

La copla andaluza de Cansinos está en la estanteria de casa, antes de la carrera la leía con pasión una prosa incisiva en el flamenco y la esencia andaluza, antes de los 90, ya degustaba su estilo puntero, La novela de un literato, y universitario grunge, cuyos pasajes perfilaron un gusto relamido por los cotilleos de la vidas y semblanzas de los bohemios.

Cansinos callejeros de principios de siglo xx sobre nuestro Alejandro Sawa

"Parecía recitar un papel mil veces repetido, y, rasurado, con su sombrero blanco, sus melenas y su chalina, daba también la impresión de un viejo actor de la Comedia Francesa. Hablaba con las manos apoyadas en el pomo del bastón y con León, su gran lebrel, tendido a sus pies bajo la mesa. A veces, levantaba una mano fina, exangüe, en un gesto noble y melancólico, y se alisaba la lacia melena. era el mismo hombre que ya conocía yo; pero restaurado, retocado, como una vieja escultura sacada de una prendería. No le faltaba detalle, hasta la leontina del reloj, cruzándole el chaleco de fantasía. ¿Cómo habría rescatado todo aquello de las garras del prestamista?"



Apuntes modernismo- bohemia, evasión y concepto de flâneur

MAURICIO BACARISSE – Prólogo de Les poètes maudits-, de Paul Verlaine, en las ediciones de <<Mundo Latino>> en 1921, nueva edición en ediciones Júcar, 1987

(...) Lo que las muchedumbres necesitan para prestar oídos a la palpitación emocionante de las liras, es mucha catástrofe, mucho cataclismo de gran batalla y de cruel guillotina, mucha epidemia, mucha hambre y desesperación traídas por los ciclones de espanto del Milenario.
Rezagado, flébil, deslumbrado, enamorado de la ternura, encontró en los Poetas Malditos satisfacción a su curiosidad y objeto de sus cariños. ¿Quienes podían ser los amigos espírituales de Verlaine? Villiers de l`Islan Adam, un rey sin trono; M. Desbordes-Valmore, una enamorada, una agonizante de pasión; Mallarmé, un cronista de modas, un modisto de almas; Corbière, un marino blasfemo, y Rimbaud, una mala cabeza, un genio desorbitado y aventurero, un sueño, una humareda de hombre, Ganímedes esquivo, uno de esos seres que creen que el alma no debe guardar fidelidad a nada ni a nadie, ni tampoco exigirla nunca.
De la musique avant toute choise et pour cela préfrère l`impair

Mallarmé quería huir – fuir là-bas- y se quedó de pie, marcando el límite, haciendo la señal en una encrucijada, para que no se embistiesen los convoyes de dos conceptos, y de dos dignidades de la literatura. Escribe a Verlaine: “ La época contemporánea es sólo un interregno para el poeta que no quiera someterse a ella; es un periodo anonadado y de efervescencia preparatoria. Nada se puede hacer, que no sea trabajar, puestos los ojos en el mañana o el jamás, y, de cuando en cuando, enviar tarjeta de visita a los vivientes-estancia o sonetos- para no ser lapidado por ellos”.

IGITUR O LA LOCURA DE ELBEHNON -Argumentos y Fragmentos- Tumbas-cenizas
(ni sentimiento ni espíritu), neutralidad

(...) en su Autobiografía, diría que la aspiración del poeta es la interpretación órfica del universo. Superada la original idea de la divinidad, se encuentra con la NADA. Queda la arquitectura del cosmos, la mecánica estelar, el azar infinito de las “conjunciones”
(...) el poeta no sólo supera el azar (símbolo de su antigua impotencia, en el tiempo), sino que se transforma en un verdadero demiurgo, al crear el poema, en su autonomía definitiva. Claro que la creación no resulta simple, sino que es dolorosa, por la responsabilidad que implica, de ahí
“la operación” mallarmeana, que se identifica con el “arrojar los dados” ( acto de pensamiento), desafío al azar.

DEBE DE HABER ALGO OCULTO EN EL FONDO DE TODO
Les mystère dans les lettres

CITA- Según Jean Bruneau, la “Virgen” de Murillo representaba la belleza ideal de las mujeres amadas por Flaubert: pelo negro, ojos negros, busto hermoso.
El 10 de Enero de 1842 le dice a Ernest Chevalier que “ quisiera ser mulero en Andalucia”


ALBERTO CASTOLDI, El texto drogado-

Fenomenología recurrente del texto drogado:
        • fragmentariedad del discurso
        • enunciación metonímica
        • énfasis descriptivo
        • discracia entre acontecimientos descritos y reacciones emotivas:
risas entre episodios dramáticos, por ejemplo, mezcla sin transición alguna de elementos fantásticos y absurdos con elementos realistas.


George Trakl - El sueño-

¡Malditos seáis, venenos oscuros
sueño blanco!
Este extrañísimo jardín
de árboles crepúsculares
poblado de sierpes y pavesas,
de arañas, de murciélagos.
La sombra, extranjero, que has perdido
en el rojo ocaso
un atroz corsario
en el salobre mar de la tristeza.
Bajo los ojos de la noche
alzan el vuelo pájaros blancos
sobre ciudades de acero que se derrumban.


Con excepción de Wordsworth se puede decir que toda la generación romántica inglesa probó el opio, ya fuese con aprecio, como lady Byron, que siempre lo llevaba consigo junto con un ejemplar de Justine de Sade, o sin especial entusiasmo, como es el caso de Byron; Shelley recurría a él para curarse el dolor de cabeza, pero la hermanastra de Mary Shelley, Fanny Imlay, se suicidaría con láudano, igual que Elizabeth Siddal, esposa de Dante Gabriel Rossetti, que lo intentaría en el verano de 1872. También recurrían ocasionalmente a la droga Walter Scott y John Keats.

Mario Praz, EL ESTILO FLORAL

(...) El opio pone al desnudo zonas del subconsciente, proyecta luz intensa y vitrificante sobre ángulos olvidados de la psiquis. Por otra parte, el opio elimina la capacidad de participar con humana simpatía, el mundo que revela no es otro, sino el nuestro inmerso como una luz de elipse, solitario y remoto, las experiencias están desligadas de los sentimientos que las acompañan en la vida normal. Y, todavía más dañosamente, el opio, mientras da con una mano la posibilidad de concebir mundos infinitos y sublimes, con la otra paraliza la facultad de crítica, quita el poder de construir una obra de arte orgánica

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